Si de malos días se trata, el belga Thomas van der Plaetsen jamás olvidará el que vivió en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pues en la prueba de decatlón perdió el equilibrio y se cayó en uno de los fosos de longitud, lo que provocó que tuviera que salir de la pista en silla de ruedas.
Así como ha habido momentos gloriosos e inolvidables en esta justa veraniega, también los ha habido curiosos, chuscos y dramáticos como el de este competidor de Bélgica, quien lo que menos esperaba es que “se le terminara el piso” y fuera dar con toda y su humanidad duramente contra el suelo.
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El competidor arrancó confiado su carrera rumbo a su primer salto de longitud, pero al final tuvo algunos problemas en su rodilla derecha, no le respondió más, por lo que se fue de cara contra la arena, acción dramática que puso en movimiento de manera inmediata a los servicios médicos.
Mala suerte
Debido al terrible golpe y su lesión en la rodilla, Thomas no tuvo de otra más que abandonar la competencia, en una desgracia más que le ocurre en su vida, llena de pasajes tortuosos que lo definen como todo un ejemplo de superación.
En 2011 primero perdió a su padre víctima de cáncer y en 2014, después de ser acusado de dopaje, recibió la noticia que él también lo tenía, pero en los testículos.
Derrotó a la enfermedad gracias a las quimioterapias y hace cinco años, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, culminó octavo en esta misma disciplina.
Pero también ha tenido sus momentos de gloria, como el título del Campeonato de Europa y su medalla de bronce en el Mundial de Pista. Sin duda y pese a lo ocurrido, el belga ya comienza a pensar desde ahorita en París 2024… si no le ocurre nada en el camino.
EG