Australia redujo a cero el número de contagios por Covid-19, por primera vez desde junio, hace dos semanas. A excepción del sur del país, los australianos empiezan a acercarse a una nueva normalidad. La mayor prueba fue el tercer partido de las series State of Origin, de la Rugby League, entre Queensland y Nueva Gales del Sur.
Ahí, en el Suncorp Stadium de Brisbane, las autoridades permitieron el ingreso de 49 mil 155 personas, en un inmueble con aforo de 52 mil 500 asientos y que recibió a dos estados rivales, con victoria para Queensland 20-14. Con estos números, el encuentro de rugby se convirtió en el evento deportivo con más público desde el inicio de la pandemia, en marzo pasado.
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Al tratarse de una situación más controlada que en semanas anteriores, los aficionados australianos no tomaron medidas estrictas más allá de las recomendadas, como el distanciamiento social, el uso de cubrebocas y la aplicación de gel antibacterial, las cuales brillaron por su ausencia.
El último espectáculo con mayor cantidad de público ocurrió el 8 de marzo, en la final de la Copa del Mundo Femenil de críquet, en el Melbourne Cricket Ground, tres días antes de la declaración de una pandemia mundial, por parte de la Organización Mundial de Salud. Ocho meses después, los aficionados volvieron a celebrar un encuentro oficial y se olvidaron de los contagios.
AAH