El Barcelona dejó de ser la zona de confort de Lionel Messi. Desgastado, el argentino enfrentó las consecuencias de su renuncia por burofax y del fuego cruzado que mantuvo con Josep María Bartomeu, expresidente del equipo. Ahora, el disgusto se nota en la cara del argentino. Como ocurrió hoy, cuando reaccionó ante el cuestionamiento de uno de los aficionados blaugranas.
En su salida de la Ciudad Deportiva del Barça, después de la derrota ante el Atlético de Madrid, Messi fue increpado por uno de los asistentes en la puerta del lugar, con el grito “¡Espabila eh…!", en referencia a su bajo nivel en el campo. El reto quedó grabado en las cámaras de televisión, con todo y lo que vino después.
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Porque Messi, a bordo de su camioneta, se dirigió a una rotonda y dirigió la vista hacia el aficionado para identificarlo, llevándose la mano a su nariz. La crítica contra el líder del Barcelona quedó ahí, pero ofreció una nueva señal de cansancio en el ánimo del argentino, que hoy, como nunca, se siente visitante en su propia casa.
Un sector de la afición blaugrana ya no ve a ‘La Pulga’ como intocable, después del intento de irse antes de la renuncia de Bartomeu. Hace unos días, incluso, el argentino tuvo que enfrentar a autoridades de Hacienda, en su viaje de regreso a España tras la Fecha FIFA. Así, lo que fue una historia de cuento va convirtiéndose en una pesadilla.
AAH