Los jugadores del Necaxa y el Pachuca terminaron a golpes en el Estadio Victoria. Tras el empate por 2-2, y el silbatazo final del árbitro Fernando Guerrero, los elementos de ambos equipos protagonizaron un conato de bronca durante varios minutos, en un costado del campo.
Golpes, empujones, patadas y puñetazos volaron entre un bando y otro, luego de una llegada a destiempo de Unai Bilbao, zaguero de los Rayos, que fue vista por el resto del equipo de los Tuzos y rápidamente intentó ser vengada con la misma violencia dentro del campo.
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A pesar de la intervención de los técnicos José Guadalupe Cruz y Paulo Pezzolano, los jugadores siguieron fuera de sí y no permitieron tregua, perdiendo incluso el equilibrio. Mientras las cámaras de televisión retrataban la trifulca, el silbante Fernando Guerrero no mostró ninguna tarjeta ni se reportaron sanciones.
Los Rayos, dos veces con ventaja en el marcador, sufrieron el empate en los últimos minutos por medio de Mauro Quiroga, su ex goleador, por lo que se mantuvieron en el fondo de la clasificación del Guardianes 2021. Los Tuzos, entretanto, sumaron su noveno partido sin victorias en el año.