El beisbol gana cada vez más adeptos. Las aficiones crecen alrededor de este deporte que emociona con cada carrera, jonrón y ponche. Las nuevas generaciones voltean a ver un deporte que también requiere de concentración, estrategia y como en cada disciplina tiene grandes exponentes. El beisbol no es la excepción.
Te presentamos a los mejores jugadores de todos los tiempos en la historia del diamante, según los números y proezas que consiguieron.
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Rogers Hornsby (1896 – 1963)
Conocido con el apodo de Rajá, dentro de la Liga Nacional tiene el récord de promedio de bateo en una temporada en el siglo veinte de la Liga Nacional (0,424 en mil novecientos veinticuatro). Este pelotero texano ganó la Serie Mundial de 1926 con los Cardenales de San Luis, equipo con el que figuró gran parte de su carrera.
Roberto Clemente (1934 – 1972)
Marcó una época con los Piratas de Pittsburgh, su único amor, franquicia con la que ganó dos Series Mundiales y fue el jugador más dominante de la década de los 60, aunque sólo haya ganado una vez el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1966. El puertorriqueño es considerado uno de los mejores jardineros derechos de la historia que se traducen en 12 “Guantes de Oro”. Como bateador consiguió 4 títulos individuales y llegó a conectar 3 mil hits.
Ty Cobb (1886 – 1961)
Conocido como “El durazno de Georgia”, fue ingresado al Salón de la Fama de Grandes Ligas con más votos que ningún otro pelotero en la historia. Agresivo y de mal caracter, sólo su personalidad pudo eclipsar su juego. Se retiró en 1928 con noventa récords en la Liga, aunque hoy retiene el récord del mayor promedio de bateo con 0,367 y retuvo por décadas el récord de más hits, que ahora ostenta Pete Rose.
Lou Gehrig (1903 – 1941)
El neoyorquino sólo vistió la franela de los Yanquis en su carrera. Es conocido por el récord de 2.130 juegos sucesivos jugados que se sostuvo por cincuenta y seis años y su trágico final debido a la enfermedad degenerativa que lleva su nombre (conocida también como Esclerosis lateral amiotrófica). La figura de Gehrig conlleva una impecable carrera como bateador de poder y es considerado el mejor primera base de la historia. A diferencia de Cobb, su personalidad simple de hombre de familia lo llevó a ganarse el cariño de la afición de Manhattan.
Hank Aaron (1934)
“El Martillo” estableció la marca de más cuadrangulares en una carrera (755), con el que rompió el récord de 714 establecido por Babe Ruth, y que ahora tiene Barry Bonds. Aaron es también es el jugador con más carreras impulsadas (2.297), hits de extra base (1477), bases totales (6,856). Aaron ganó una Serie Mundial con los Bravos de Milwaukeeen en 1957 y ese mismo año fue el Jugador Más Valioso. Ganó tres Guantes de Oro y participó en 24 juegos de estrellas.
Willie Mays (1931)
Fue el MVP en un par de ocasiones y tuvo 24 apariciones en el Juego de las Estrellas. Acabó su carrera con 660 cuadrangulares, el quinto en la historia de Grandes Ligas. Cuando fue elegido para pertenecer al Salón de la Fama, se le preguntó quién había sido el mejor beisbolista que haya conocido. Mays respondió: “No deseo ser egocéntrico, pero fui yo”.
Ted Williams (1918 – 2002)
Interrumpió su carrera en un par de ocasiones por enlistarse al servicio militar en la marina estadounidense, pero jugó 19 temporadas con los Medias Rojas de Boston. Fue un par de veces el Jugador Más Valioso de la Liga Americana y líder en promedio de bateo en seis ocasiones. Ganó la Triple Corona del bateo en dos ocasiones y acabó su carrera con un promedio de bateo de .344, con 521 cuadrangulares. Participó 17 veces en el Juego de Estrellas y fue incluido en el Salón de la Fama del Béisbol en 1966. Fue el último jugador de las Grandes Ligas que bateó un promedio superior a .400 en una temporada (.406 en 1941).
Mickey Mantle (1931 – 1995)
Bateador ambidiestro, uno de los más populares jugadores de la historia de las Grandes Ligas. Jugó su carrera para los Yanquis de Nueva York, con los que se consagró el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1956, 1957 y 1962. Participó veinte veces en el Juego de Estrellas. Sus números son: .298 de promedio, 1509 carreras impulsadas y 536 cuadrangulares.
Stan Musial (1920 – 2013)
El apodado “Stan the Man” jugó 23 temporadas en Grandes Ligas para los Cardenales de San Luis, con los que consiguió tres títulos de Serie Mundial. Fue 24 veces escogido para el Juego de las Estrellas, sumó 3 mil 630 hits y 475 jonrones, y fue asimismo el Jugador Más Valioso en tres ocasiones.
Babe Ruth (1895 – 1948)
La mayoría coinciden que es el más grande. Con paso arrollador disputó 22 temporadas en la MLB. Militó con los Medias Rojas de Boston, vivió su mejor época con los Yanquis de Nueva York y también vistió la franela de los Bravos, en ese entonces también de Boston. Fue introducido en el Salón de la Fama en 1936. Hizo sesenta jonrones en 1927, el porcentaje de bateo más alto con .847 en 1920, el de más bases alcanzadas con sus batazos con 457 en 1921, más extrabases con 119 y más bases por bolas con 170 en 1923.
Ruth dejó establecidas las marcas de cuadrangulares de todos los tiempos con 714, el mejor promedio al bate con .690 en 1920, la más alta frecuencia de jonronero: uno por cada 8.5 turnos; más hits de extrabases con 1,356; más carreras producidas con 2,113 y bases por bolas con 2,213. Con el tiempo esos récords han ido pasando a manos de otros, pero el legado del Bambino es imborrable.