El gancho al hígado de Julio César Chávez es inmortal. En cada pelea, aunque sea de exhibición, el gran campeón mexicano reparte golpes con la marca de la casa como en sus mejores tiempos. Su última víctima fue el beisbolista Adán Amezcua, quien se subió al ring para enfrentarlo en una sesión de entrenamiento.
Para Chávez, sin embargo, el boxeo es demasiado serio. No hay amistades cuando intercambia golpes y la intensidad debe ser la misma que en una función oficial. Eso ocurrió también con Amezcua, quien sufrió el poder de los puños de Chávez.
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En un video compartido por el propio beisbolista, la leyenda del pugilismo mexicano ofreció destellos de sus cualidades arriba del ring: desde el movimiento de cintura hasta el gancho al hígado, su marca registrada, como producto de una serie de combinaciones a menor velocidad.
Amezcua reconoció haber cumplido el sueño de “tirar guantes con mi ídolo”, aunque haya sido durante algunos minutos. “Ahí les va el tiro con el Gran Campeón. Gracias por permitirme ver mi sueño hecho realidad”, publicó, en su cuenta de Twitter, al lado del sinaloense.
AAH