Viernes 13 de Septiembre 2024
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Julio César Chávez Jr: la pelea que le cambió la vida

El Hijo de la Leyenda ha estado en el ojo del huracán en los últimos días. Parece ir en picada la carrera de quien fuera el primer campeón mexicano en la división de los medianos 

Chávez Jr llegó a esa pelea como el prime mexicano en ser Campeón de los Medianos (160lbs) del CMB.Fuente: APCréditos: Fuente: AP
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En la pelea que cambió su carrera, salió detrás de su padre. Como una especie de escudo, Julio César Chávez quitaba la maleza del camino al ring a su hijo, El Junior, en ese entonces Campeón de los Medianos por el CMB. Tal vez esa sobreprotección le hizo daño. Probablemente fue el apellido, esa carga en los hombros que no pudo transformar en fuerza en sus guantes. Esa noche, Julio César Chávez Jr brindó el mejor round de su carrera, pero perdió, más que un cinturón, aparentemente también el rumbo. 

Fue el 15 de septiembre de 2011. Hace nueve años que Julito miró el ring desde la cima y al adversario por encima del hombro. Un cinturón de campeón lo respaldaba. Se daba ese lujo. Además, era Julio César Chávez, el Junior, pero llevar ese nombre puede dar poderes, o en su defecto, quitarle las fuerzas a cualquiera, incluso al que lo lleva puesto en el acta. 

¿Qué podía salir mal? Llegó invicto, con 46 victorias, un empate y un positivo por serle detectado un diurético después de la pelea que ganó a Troy Rowland el 14 de noviembre de 2009 en Las Vegas, Nevada. La pelea no contó. Pero el positivo sí. El historial de sustancia se abrió para el Junior. 

Actualmente mantiene una restricción para pelear en los estados de Nevada y Arizona por negarse a realizarse un control antidopaje en octubre de 2019. Antes, en 2013, fue suspendido nueve meses por dar positivo a marihuana en la prueba que se le realizó en la pelea del 15 de septiembre de 2011, la que cambió su carrera, su vida. La que lo bajó golpeado de la cima. 

Esa noche patria, hace nueve años, Chávez Jr dejó crecer a su rival, un hombre veterano, argentino, de 37 años, llamado Sergio, de apellido Martínez y con un apodo que desde ahí lo encumbraba: Maravilla. Ya desde ahí parecía ganar el sudamericano. Pero delante estaba un Chávez, Julio César. El Junior. 

Pactada a 12 rounds, se puso en juego el cinturón de Campeón de los Medianos del CMB. La primera gran defensa de El Hijo de la Leyenda que quería escribir su propia historia heróica. Pero durante los 11 rounds se dejó entrar, permitió que Maravilla se sintiera cómodo, sin guardia, con los brazos abajo, sobrado,, confiado de lo que podía llegar a hacer. Y lo hizo. 

El Junior no se la puso fácil. El doceavo asalto pareció recobrar algo de memoria y recordó que era un Chávez, Julio César. El Junior. Y se puso a pelear. Sacó disparos al rostro y cuerpo del argentino. También recibió, pero se sintió campeón otra vez y recordó que era un Chávez. Julio César. Y sacó dos guantazos que mandaron a la lona a Maravilla, tan sendos que por poco y el apodo se le cae al piso y se levantó a seguir siendo Sergio Martínez. 

A los mexicanos, a la mayoría, se reconoce la falta de puntualidad. Esa noche, la fuerza de Chávez Jr también llegó tarde. Quedaron 10 segundos y no pudo hacer más. El nocaut, su única salvación, no llegó a la velada y la campana, esa campana maldita, fue el punto de quiebre.

Después de esa pelea, Julio César Chávez Jr no fue el de antes. Le vinieron los positivos, escándalos, declaraciones desafortunadas y prácticas que lo llevaron a estar en los portales de deportes, pero en la sección amarillenta de las polémicas o de las redes sociales, porque si su padre batalló con las adicciones a la droga, él, El Junior, también lo haría pero con las redes sociales. Al final, un Chávez.

Con todo ello vinieron también cinco victorias y cuatro derrotas, dos de ellas al hilo, sus dos recientes: ante Daniel Jacobs en diciembre de 2019 y la última contra Mario Cázares el viernes 25 de septiembre de 2020. Con 34 años, el retiro ronda su cabeza. Y la de su padre, que parece tuvo que volver al ring para que el apellido no se arruinara. 

Después de esa pelea, el 15 de septiembre de 2011, ya nada fue igual. Aunque Sergio Martínez salió con el cinturón de Campeón, en la misma división que lo logró el también argentino Carlos Monzón. Pero del otro lado, Julio César Chávez, el padre, de nuevo salió por delante, orgulloso, aunque sin conocer lo que vendría después, sin saber que su hijo dejaría de demostrar que es un Chávez, Julio César, y que al contrario, es El Junior. 

FDR