Pese a que nos encontramos en una era donde la información llega casi de manera inmediata y se han compartido decenas de testimonios que hablan sobre estafas. Te presentamos la anécdota del boxeador mexicano que quiso comprar el Popocatépetl y solo fue engañado.
Si bien los fraudes no son un hecho nuevo o aislado, parece increíble que algunas personas no se detentan a pensar si las ofertas que están recibiendo son fidedignas pues suelen ser demasiado buenas.
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Sin embargo, es mucho más común de lo que parece encontrarnos con personas que han caído en las redes de estos delincuentes, desde jóvenes, personas de la tercera edad y hasta aquellos que tienen una gran cantidad de dinero y termina engañados.
¿Quién es el boxeador que quiso comprar el Popocatépetl?
No cabe duda que México es uno de los más grandes proveedores del boxeo mundial, hombres y mujeres que dejan todo en el ring y que nos han entregado grandes victorias a lo largo de los años.
Pero no todo es positivo, pues aunque estos deportistas suelen llevarse grandes cantidades de dinero por pelea, muchos de ellos no saben cómo administrarla y son un blanco fácil para los estafadores.
Tal es el caso de Víctor Rabanales, boxeador mexicano que ostentó el título de campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en la categoría de peso gallo y que pensó que por 300 mil pesos podía comprar el volcán Popocatépetl.
Rabanales fue conocido en el ámbito como el "Lacandón" o el "Rústico" y fue uno de los pugilistas que se vio deslumbrado por las mieles del éxito y del dinero, situación que lo llevó a ser víctima de un engaño pues desconocía la forma de hacer negocios.
De acuerdo con una entrevista que dio al semanario Proceso, los hechos ocurrieron en 2010 cuando lo citaron a las faldas del volcán para firmar unas supuestas escrituras que lo acreditaban como dueño de una fracción del lugar.
Víctor llegó al lugar y no llegó a ningún acuerdo con la persona que inició el trato, no obstante, casi de inmediato llegaron otros sujetos que le ofrecieron el mismo terreno y ahí hicieron un acuerdo para la transferencia de dinero.
“Pensé en construir un gimnasio para trabajos de altura y algunos juegos que a lo mejor me iban a dar clientes. También tenía la idea de poner una granja de conejos. Trataba de buscarle utilidad al terreno, porque sea lo que sea me dieron los papeles y se los entregué a mi esposa”, relató en entrevista, pero a final de cuentas su esposa terminó vendiendo todo en 30 mil pesos y su sueño no pudo hacerse realidad.