El León es un equipo insaciable, lo tiene en su naturaleza. Después de haber sido líder absoluto de la fase regular, y uno de los mejores equipos jugando a la pelota, la Fiera coronó su temporada con el campeonato. Lo hizo en su selva, en el Estadio León, y no le faltó apetito. Atacó a Pumas, lo hirió, olfateó su miedo y, cuando empezaba a crecerse, lo mató con otro zarpazo (3)2-0(1).
La Fiera, siempre indomable en su terreno, acabó con una serie que parecía irse de sus manos en la final de ida. Abrió el terreno con el gol del argentino Emmanuel Gigliotti, el mismo que salió a su rescate en el Estadio Olímpico Universitario. Y con ese golpe tuvo para mantener a raya a su rival, que, conforme avanzó el tiempo, terminó revuelto y falto de ideas.
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El llamado 'Rey de la selva' hizo valer su casa como lo dicta su naturaleza. Hubo momentos, incluso, en los que jugó con su rival; lo dominó, lo mareó, hizo que fuera de un lado al otro con la idea de cansarlo. De acabarlo en el siguiente golpe. Y la estrategia surtió efecto, porque Pumas perdió el corazón. No volvió a dar señales de aquel equipo de épicas remontadas. Y se rindió.
El segundo gol de Yairo Moreno, al 83', fue la confirmación de Ignacio Ambriz como uno de los mejores estrategas del futbol mexicano. Porque Yairo, con todo su empuje, tenía apenas unos minutos en el campo cuando mandó a las redes la pelota. Y esa fue su mayor recompensa. Para él y para Ambriz. La más fiel demostración que el León es más que una fiera. La más feroz en la fase regular y también en la liguilla.
AAH