El sábado más de mil aficionados de Cruz Azul se hicieron presentes a las afueras del hotel de concentración del equipo, para dedicarles una serenata previo al duelo de vuelta de la final.
La Máquina vuelve a ilusionar a los fanáticos cementeros con la posibilidad de romper esa sequía de más de 23 años sin poder alzar el título de liga.
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Sin embargo, algunos vieron esa conglomeración de celestes, para intentar revender los boletos para el juego en la cancha del Estadio Azteca, a un precio mucho mayor al original ofrecido en taquillas.
Los de planta alta se ofrecían en mil 400 cada uno, cuando el valor era de $500 pesos, pero no recibieron mucha atención, salvo algún curioso que se acercaba a preguntar, pero no pasaba de ahí.
Pues causó mucha molestia a los aficionados de la Máquina que las entradas se agotaran en apenas 9 segundos, luego de haber estado algunos de ellos formados por horas en las taquillas del Estadio Azteca. Incluso algunos de los revendedores parecían forman parte de la porra del Cruz Azul.
Cuando se dio a conocer que las autoridades de la Ciudad de México permitieron un acceso al 25% de la capacidad total, el valor de las entradas aumentaron exponencialmente su valor, llegando incluso a costar 40 mil pesos.
JV