Cruz Azul se encuentra a las puertas de disputar otra final en la Liga MX contra América y aquí evocaremos a uno de los jugadores que se volvió leyenda con la casaca celeste. Estamos hablando de Pablo Larios, guardameta mexicano con gran trayectoria, sin embargo, tras la vida en las canchas sufrió con las adicciones a tal grado que su rostro quedó desfigurado. Sus tiempos dorados bajo los tres palos quedaron atrás hace décadas, ahora quizá pocos lo recuerdan.
Pablo Larios nació en 1960 y debutó en el fútbol mexicano en 1980 con la playera del Zacatepec, sus grandes actuaciones lo convirtieron en uno de los mejores porteros de la liga. La leyenda también fue uno de los primeros en su posición con un estilo de juego arriesgado lejos de la portería. Tras su paso inicial con el conjunto verde, pasó a las filas del Cruz Azul, donde se convirtió en leyenda pese a nunca ser campeón.
Te podría interesar
El portero se estrenó con Cruz Azul en septiembre de 1984 y de inmediato se convirtió en un pilar de la institución. Su desempeño en la portería cementera lo convirtió en capitán tanto del club como de la selección mexicana, con quien jugó el Mundial de 1986 celebrado en nuestro país. Pablo Larios estuvo cinco años en el conjunto de La Noria y acabó convertido en una leyenda. Ya transcurrieron 35 años desde su adiós a la institución, así que posiblemente pocos recuerdan sus actuaciones en los tres palos.
Las adicciones desfiguraron el rostro de Pablo Larios
Pablo Larios defendió las playeras de Zacatepec, Cruz Azul, Puebla y Toros Neza durante sus 19 años como profesional. Después de su paso por el fútbol, la leyenda lidió con las adicciones, inhalar cocaína le provocó un fuerte virus que terminó por dejarle el rostro desfigurado. El ex guardameta confesó que consumió esta droga durante 3 o 4 años y las consecuencias se reflejaron en su cara.
"Ojalá mi experiencia le pueda servir a la gente", declaró en su momento
La leyenda del Cruz Azul pasó sus últimos años de vida con el rostro desfigurado por las adicciones, murió el 31 de enero de 2019 a la edad de 58 años tras un paro respiratorio. Pablo Larios fue un ícono de La Máquina que quizá pocos recuerdan por el paso del tiempo. Quienes sí lo tienen en memoria lo ven como uno de los más grandes porteros del futbol mexicano.