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Ferenc Puskás en Australia: la sorprendente etapa del ícono húngaro como director técnico

La leyenda del fútbol llevó su pasión y sabiduría futbolística a Australia, dejando una huella imborrable como técnico y maestro del juego

Ferenc Puskás en Australia: la sorprendente etapa del ícono húngaro como director técnico
Ferenc Puskás y su etapa como entrenador de fútbol en Australia Foto: Reddit / Heraldo Deportes

Ferenc Puskás, conocido mundialmente como “Cañoncito Pum”, no solo brilló como futbolista, sino que también dejó un legado profundo como entrenador. Tras una carrera llena de goles y títulos en Europa, el húngaro decidió embarcarse en una nueva etapa en Australia, país donde su nombre no era tan reconocido, pero donde pronto se ganaría la admiración de todos. Su llegada al South Melbourne Hellas en 1989 marcó el inicio de un capítulo inesperado en su historia deportiva.

La leyenda del Real Madrid llegó con experiencia, disciplina y un enfoque que mezclaba rigor y diversión. Aprovechó sus conexiones en el Panathinaikos para firmar con el equipo de raíces helenas, comenzando así su camino como técnico. A pesar de que muchos jugadores locales desconocían su pasado, pronto comprendieron la magnitud de su trayectoria y se adaptaron a su exigente estilo de trabajo.

Además de su conocimiento táctico, Puskás imponía un ejemplo de constancia y profesionalismo. Con 62 años y un físico que llamaba la atención, “¡tenía unos gemelos enormes! Antes del entrenamiento pegaba al balón y cruzaba el campo. ¡Me parecía algo increíble con esa barriga!”, recuerda Kimon Taliadoros, uno de sus jugadores de la época. Su energía y pasión eran contagiosas, y rápidamente transformaron la mentalidad del club hacia un estilo de juego más creativo y audaz.

Ferenc Puskás como jugador de fútbol. Foto: X @FIFAcom

Un entrenador que transformó el juego

Ferenc no solo enseñaba táctica, también inculcaba filosofía. “Jugad, relajaos y divertíos. Si os divertís jugaremos un fútbol precioso”, comentaban Paul Wade y Kimon Taliadoros, según pudo averiguar el medio "AS". Su 4-3-3 inicial evolucionó a un esquema más impredecible, priorizando la posesión y la creatividad sobre la rigidez defensiva, dejando una huella duradera en la mentalidad del South Melbourne Hellas.

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Por supuesto, los métodos de Cañoncito Pum sorprendieron a todos. Mientras otros equipos se enfocaban en la resistencia, él trabajaba con balón, fomentando control, visión y precisión. Su estilo, basado en disfrutar del juego, se mantiene como legado en el club hasta la actualidad, demostrando que su influencia iba más allá de los resultados inmediatos.

Ferenc Puskás entrenando en Australia con el South Melbourne Hellas, 1989. Foto: X @PurelyFootball

Despedida triunfal y legado imborrable

Su último partido como técnico, la final de la Liga contra Melbourne Croacia, terminó en una remontada histórica en penales. “Nunca se me olvidará que todos llorábamos y él estaba quieto en el banquillo. ‘¡Hemos ganado!’, le gritamos. ‘Esto es una tontería’, contestó. Él ya había ganado todo, recordó Paul Wade.

Entre seis Copas y una Liga, Puskás cerró su etapa australiana dejando una filosofía, una mentalidad ganadora y un ejemplo de humildad y grandeza que todavía inspira.

Ferenc Puskás con el Real Madrid. Foto: Reddit

El recuerdo de George Best sobre Ferenc Puskás

Incluso grandes estrellas compartieron anécdotas sobre él. George Best, el norirlandés que supo dejar huella en el Manchester United, relató:

"Estaba con (Bobby) Charlton, (Denis) Law y Puskás. Juntos entrenábamos en una academia de fútbol en Australia. Los jóvenes no tenían idea de quién éramos, incluso se burlaban de Ferenc por su peso y edad. Una mañana decidimos dejar que los chicos desafiaran a un entrenador a golpear el travesaño 10 veces seguidas. Obviamente eligieron al viejo gordo. Law preguntó a los niños cuántos creían que el viejo entrenador podría pegarle 10 veces al travesaño. La mayoría dijo que seguramente iba a pegarle menos de 5 veces. Best dijo 10.

El viejo y gordo dio un paso al frente y anotó nueve tiros seguidos al travesaño. En el décimo, levantó la pelota, la rebotó en ambos hombros, la taconeó y la voleó contra el palo. Todos se quedaron en silencio y un niño preguntó quién era el DT. Le respondí: 'Es Puskás'."

 

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