En el Mundial de Corea-Japón 2002, El-Hadji Diouf fue una de las grandes sensaciones del torneo. Con apenas 21 años, el veloz y carismático delantero se convirtió en la figura de una selección de Senegal que sorprendió al planeta fútbol eliminando a la campeona del mundo, Francia, en el partido inaugural. Aquella victoria por 1-0 fue el inicio de una campaña histórica que llevaría al equipo africano hasta los cuartos de final.
"El León de Teranga" era el alma ofensiva de su país. Su estilo eléctrico se robó las miradas de todos los medios internacionales, y rápidamente fue señalado como una de las promesas del fútbol mundial. Su rendimiento en Asia fue tan destacado que el poderoso Liverpool decidió ficharlo ese mismo año, con la ilusión de tener a un nuevo ídolo en Anfield.
Pero lejos de consolidarse como una estrella en Europa, su carrera se fue desinflando. Entre conflictos personales, bajo rendimiento y decisiones erráticas, el delantero terminó siendo más recordado por sus polémicas que por sus goles. Aunque su nombre sigue siendo sinónimo de orgullo para Senegal, en el resto del mundo quedó relegado al recuerdo de un Mundial inolvidable.
De Dakar al estrellato: los orígenes de El-Hadji Diouf
Nacido el 15 de enero de 1981 en Dakar, Senegal, El-Hadji Diouf comenzó su carrera profesional en Francia. A los 18 años debutó en el Sochaux, y más tarde pasó por Rennes y Lens, donde comenzó a destacarse como un delantero desequilibrante y con gran capacidad de uno contra uno. Su estilo de juego combinaba potencia, regate y provocación, lo que lo convertía en un rival incómodo para cualquier defensa.
Fue en Lens donde terminó de explotar antes del Mundial, siendo clave en la clasificación de Senegal a la Copa del Mundo y ganándose un lugar indiscutido en la selección dirigida por Bruno Metsu. Su conexión con Khalilou Fadiga, Salif Diao y Papa Bouba Diop lo consolidó como parte de una generación dorada para el fútbol senegalés.
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Su paso por el Liverpool
Tras su brillante Mundial, Liverpool pagó cerca de 10 millones de libras para ficharlo en 2002. Las expectativas eran altísimas, pero su rendimiento fue muy pobre: solo marcó seis goles en 80 partidos. Además, su actitud dentro y fuera del campo generó múltiples conflictos, tanto con rivales como con compañeros de equipo. Fue recordado por escupir a un hincha rival y por tener constantes problemas disciplinarios.
Luego del equipo rojo, pasó por Bolton, Sunderland, Blackburn y otros clubes de menor relevancia, sin poder recuperar nunca el nivel que había mostrado con su selección. Pasó de promesa mundial a jugador conflictivo, y su carrera fue cuesta abajo. Terminó jugando en ligas menores y en clubes sin trascendencia internacional, muy lejos del estrellato que se le había vaticinado.
¿Qué fue de su vida tras el retiro?
El-Hadji Diouf se retiró oficialmente en 2015, pero desde entonces ha mantenido una vida pública activa en Senegal. Ha trabajado como asesor deportivo del gobierno y ha expresado interés en participar en la política. También ha sido una voz crítica dentro del fútbol africano, y aunque ya no está bajo los reflectores del fútbol internacional, en su país sigue siendo una figura mediática.
Pese a todo, su historia sigue siendo un claro ejemplo de cómo un gran Mundial puede cambiar la vida de un jugador, pero también de cómo el talento no siempre alcanza si no está acompañado de disciplina y constancia.
