El 18 de septiembre del 2000, Soraya Jiménez hizo historia al obtener la primera medalla de oro en halterofilia para México, en los Juegos Olímpicos de Sydney.
Partió de este mundo el 28 de marzo de 2013. Su muerte dejó muchas dudas, las cuales al parecer ella misma esclareció en una entrevista para la revista Proceso.
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Luego de someterse a 14 operaciones en la pierna izquierda, perder el pulmón derecho en 2007, sufrir tres veces influenza y sufrir cinco paros cardiorrespiratorios, la originaria de Naucalpan del Juárez reveló que vivía en una situación precaria a nivel físico debido a todos esos padecimientos, además de las presiones que enfrentó como atleta de alto rendimiento.
A sus 34 años y según reveló su propio ortopedista, Jiménez Mendívil tenía la pierna de una octagenaria, luego de esas 14 intervenciones quirúrgicas que había recibido. Además, en 2007 perdió el pulmón derecho debido a una influenza tipo B que contrajo en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.
Al borde de la muerte
El virus AH1N1 le siguió cobrando factura a la atleta mexicana, a tal grado de que en 2009 cayó en coma durante 15 días y estuvo al borde de la muerte. Había decidido tratarse en un hospital privado por las molestias, que en ese entonces ya eran insoportables.
Sus defensas habían disminuido tanto que cualquier gripa se había vuelto mortal para la competidora, pues podía convertirse en neumonía y poner en riesgo su vida por broncoespasmos en la laringe y algún para cardiorrespiratorio (ya había sufrido cinco).
“Me hicieron estudios de todo, me reconocieron por todos lados. Me hicieron perder tres meses y dinero. Entraba y salía de terapia intensiva, estaba entubada y de repente caía en paro. La pasé muy mal, hasta que dije: ‘Me doy de alta voluntaria y asumo el riesgo’. Tomé mis cosas, pedí un taxi y me fui a mi domicilio. Si me voy a morir, que sea en mi casa”.
El inicio del fin
Pero eso no era todo: En 2007 recibió una noticia devastadora: El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias le informó que había que extirparle el pulmón, pues había el riesgo de que la infección se extendiera hacia el otro. Soraya Jiménez ya no pudo recuperar sus defensas y en 2009 fue a consulta con la infectóloga, cayó en paro en el consultorio, la entubaron, tenía fiebre y la presión muy alta.
Fue el preludio de lo que vendría, pues a partir de entonces su salud fue mermando hasta que finalmente la muerte la reclamó. Vivió al máximo, siempre entregada a la práctica del deporte, aunque también llena de controversias. Siempre será recordada por ganar la primera medalla de oro para nuestro país en levantamiento de pesas.
EG