Jueves 26 de Septiembre 2024
EXCLUSIVA

FUERA DEL RING: el embajador de la lucha libre Okumura y los vínculos entre México y Japón

Okumura charló con el Heraldo Deportes sobre lo que ha significado ser el punto de unión en la lucha libre para dos países

Okumura habló con el Heraldo Deportes.Foto: Daniel OjedaCréditos: Daniel Ojeda
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Okumura sólo planeó estar un año fuera de su Japón, pero la comida, las personas y en especial la lucha libre mexicana extendieron su estancia por más de 17 años, convirtiéndolo en el vínculo de dos culturas separadas por el océano más grande del mundo, y con el título de Embajador de Buena Voluntad Deportiva de su tierra.

Antes de adentrarse en los cuadriláteros, el pequeño Shigeo lanzó bolas curvas y rectas en su natal Ikeda, Osaka. Ahí tuvo el sueño de ser figura en el Rey de los Deportes hasta que, ya en la secundaria, decidió subirse a un ring.

En uno de sus lances llegó a la Ciudad de México, cuando firmó como nuevo talento del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), en 2004. Sólo tenía dos horas de aterrizar en la capital, cuando ya quería regresar a su nación debido a que la persona que iba a recogerlo en el aeropuerto no llegó.  

Pero antes de lo luchístico, estuvo el dilema por entender las peculiaridades de los mexicanos, tales como el concebir cuánto tiempo es un “ahorita regreso”, cuando él se quedaba esperando por horas a algún colega.

Foto: Daniel Ojeda

También recuerda una anécdota simpática de sus primeras luchas en la Arena Coliseo. Para expresar su pique caliente con Negro Casas, Shocker, compañero de profesión, le enseñó algunas palabrotas para decirlas en público, aunque él desconociera el significado.

“En la siguiente función tomé el micrófono y dije “Negro Casas, chinga tu madre”. Eso prendió muchísimo a la gente. Llegué al vestidor y un comisionado estaba muy enojado, pero yo no sabía por qué… Lo volví a hacer a la siguiente función, ya después me enteré lo que significaba. En el gimnasio muchos compañeros me empezaron a enseñar groserías”, recuerda El Tifón de Osaka.

Otro “daño colateral” de su arribo a México fue la operación por apendicitis de hace dos años, la cual, la mayoría de sus camaradas se la atribuye al picante, pues asegura que sí le gusta comer mucho chile.

Además de su faceta como estrella del CMLL, Okumura cimentó las bases para que los gladiadores mexicanos mostraran sus habilidades en La Tierra del Sol Naciente, y los nipones llegaran a la Arena México con estadías más prolongadas en ambos casos.

Foto: Daniel Ojeda

Como ese vínculo entre naciones, en 2019 se le designó Embajador de Buena Voluntad Deportiva de su natal Ikeda, Osaka, teniendo como función ayudar a la Organización Mundial de la Salud para sensibilizar a la población acerca de las problemáticas en salubridad y sus soluciones.

“En Japón hay mucha afición del CMLL, y los talentos más importantes de New Japan han venido acá, la afición mexicana los ubica bien. El intercambio se da tanto en hombres como en mujeres, la mayoría ya ha ido allá. El Consejo Mundial está en todo el mundo”, le platica el guerrero nipón al Heraldo Deportes

Cuenta que, en las funciones, el público japonés es reservado y pocas veces externa efusividad desde las butacas, todo lo contrario a lo que ocurre en las arenas mexicanas, en donde la catarsis y la pasión son el alma del deporte.

Foto: Daniel Ojeda

“En mi país, cuando ven un castigo bonito o buen movimiento, aplauden o apoyan, ahorita en pandemia sólo aplauden. En México es distinto, desde que subes al ring te gritan, todo el tiempo lo hacen. Es un público diferente”, explica.

Asimismo, menciona que, mientras de este lado se acostumbra al clásico dos de tres caídas sin límite de tiempo, en Japón sólo es una y con margen.

Okumura ya echó raíces en territorio azteca. Sigue enamorado de la lucha libre mexicana y no ve para cuándo partir. 

Por Moisés Rosas