Antes de estremecerse con la lucha libre y ser el protagonista de memes en redes sociales, KeMonito se paseó por el convulso mundo del cine y los programas de televisión.
Era apenas un joven que se abría paso en las caravanas artísticas, y entre sus andanzas encontró papeles junto a personalidades como el cineasta Alejandro Jodorowsky y el comediante Capulina.
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Al hacer memoria, evoca sus chambas de mecánico, pintor y comerciante, e incluso sus caracterizaciones para eventos infantiles y promociones de tiendas. “Llegué a ser un ratoncito, un árbol, y no sé qué tanta cosa”, recuerda.
Pero su travesía favorita era la de acudir a castings para personas “chaparritas”, como él lo menciona, teniendo algún papel de extra o breves intervenciones.
En una de esas se asomó la oportunidad de trabajar junto a Jodorowsky, el polémico artista chileno que maquinaba su próxima cinta de finales de 1980. La mascota del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) comparte que, inicialmente, su participación iba a ser corta.
“Después me vio Alejandro, habló conmigo, y el chiste es que, al fin de cuentas, el pedazo se alargó toda la película. Es una experiencia muy bonita porque no me imaginaba trabajar así, y con gente así. De ahí saqué mucho provecho, porque tanto el teatro como el cine te enseñan mucho”, cuenta KeMonito.
Su carrera artística se la comparte al Heraldo Deportes. En sus inicios en la lucha libre, ya dándole vida al personaje de Alushe, salió el chance de compartir escenario con Gaspar Henaine, Capulina.
“Yo era compañero de Tinieblas, y un día me dijo ‘ven, van a presentar un nuevo programa, te voy a llevar’. Uh, no lo hubiera hecho. Me llevaron con el productor y Capulina, ellos quedaron fascinados. De ahí el personaje se disparó”, relata el hombre enmascarado, quien también participó en Supervacaciones.
De su etapa junto al Gigante Sabio, evoca también un singular episodio cuando participó en una expo para perros, a la cual acudió caracterizado con su peludo traje de Alushe.
Un visitante pasó a su lado una, dos, tres veces y lo miró con atención, hasta que se acercó al personal del stand a preguntar:
- ¡Oiga!, conozco mucho de perros y he visto a muchos, pero esa raza no la conozco.
A lo que le respondieron:
- Ese no es un perro, es el Alushe.
KeMonito creció buscando adaptarse a una sociedad poco solidaria con las personas que padecen acondroplasia (principal causa de talla baja en el mundo).
Su caso es atípico, porque entre los de baja estatura, él es de los más pequeños. Llega a tener complicaciones, por ejemplo, para prender la luz, subirse a un baño, una escalera, andar en el metro o tomar el camión. Pero esto no fue impedimento para convertirse en una estrella.
“El problema no es ser pequeño, gordo, flaco, feo, el problema es que el pensamiento de la gente es para mal. Critican, dicen mal las cosas, pero no ven a los demás. Hace falta mucho amor al semejante”, asegura la figura del CMLL.
Luego llegó la KeMonitomanía con memes y cameos en películas y pinturas. Ya tenía programado su retiro de la lucha libre, pero este boom en internet lo hizo abortar la misión.
Así aprovechó la coyuntura para explotar su imagen. Hoy vende playeras, máscaras y muñecos de sí mismo. No obstante, también hay oportunistas que lucran sin darle la retribución que merece.
A KeMonito le gustan los programas cómicos, la salsa y las películas de Tin Tan y Capulina. El retiro de los cuadriláteros no está lejos, pero mientras sucede, la máscara y el traje azul no lo abandonan.
Por J. Alexis Hernández