Saúl Álvarez ha dado de qué hablar en los últimos meses por la demanda que interpuso ante su promotora, Golden Boy Promotions, y DAZN, que transmite sus peleas. El pleito ha generado material sobre el pugilista mexicano, buena, mala y otras cuantas curiosas.
Lo que el Canelo quiere es pelear. Parece que no podrá ser antes del final del 2020, pero lo antes posible el tapatío pide subir al ring y ponerse los guantes para seguir demostrando su valor como peleador, después de un criticado inicio de carrera profesional.
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Por la televisora, su vida amorosa, sus posesiones o la forma en la que ganaba sus combates, Álvarez recibió críticas por todos lados, pero de a poco fue calmando esas situaciones.
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Ahora, con algunas cosas demostradas y bocas calladas arriba del encordado, al Canelo se le apareció la muerte en su calaverita, dentro de la tradición mexicana de Día de Muertos.
Saúl Álvarez
Por la demanda contra De la Hoya, Canelo se quedó parado,
no pudo pelear y sin combates se puso desesperado.
La huesuda llegó al gimnasio con guantes para retarlo,
le apostó la carrera, la vida, sus millones y sus caballos.
El Canelo aceptó y se pusieron a pelear,
no contaba con que la muerte fuera buena pa’ contraatacar.
Después de dos rounds cayó el mexicano a la lona,
el réferi declaró ganadora a la blanca por nocaut y por fregona.
Ahora te vas conmigo, Canelito de mi amor,
entregame tu vida y tus caballos, por favor.
El Canelo no le quedó de otra y sus cosas le entregó,
ahora entrenan juntos en el glorioso cementerio del box.
FDR