En la portería del surrealismo aparece Salvador Dalí. La otra, la de la música, la ocupa el cantante Julio Iglesias. Con un look de rockero y la melena rubia, el gafete de capitán pertenece a Rod Stewart. Y adelante el líder de Iron Maiden, Steve Harris, aprieta la mandíbula buscando goles, al lado de Elton John. El universo imaginario del deporte presta licencia a músicos y artistas, que, antes de explorar otros mundos, reconocieron su amor por la futbol y otras disciplinas. Ellos, como otros, pudieron ligar su vida al deporte cuando eran pequeños. Pero prefirieron seguir por el camino del arte.
Salvador Dalí
Pintor, escultor, grabador, escenógrafo, escritor, excéntrico y loco. Creador de relojes blandos y bestias de largas extremidades. De niño, Dalí soñaba con ser futbolista al lado de sus amigos Emilio Sagi y Josep Samitier, que, a diferencia de él, lo consiguieron. Jugaba como portero, sin bigote, siempre introvertido y con las piernas flacas. Lo hizo hasta los 12 años, cuando conoció la pintura contemporánea. Después, no volvió a ponerse más bajo los tres palos.
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Julio Iglesias
Creativo, autor de canciones extraordinarias como “Me olvidé de vivir”, “Seguiré mi camino”, “Con la misma piedra” y “Hey”, entre muchas otras. Aficionado del Real Madrid desde pequeño y con habilidades para atajar por tierra y aire. Jugó en las fuerzas básicas del equipo merengue, pero sufrió un accidente automovilístico el 22 de septiembre de 1962, por el cual tuvo que abandonar el arco. Estuvo semiparalítico por año y medio, hasta que siguió con la música.
Rod Stewart
Un rockero con alma de futbolista. Apasionado de la música, pero también del Celtic de Glasgow, el equipo escocés al que le dedicó unos versos en su canción “You’re in my heart”. Cuando tenía 15 años, Stewart se fue a probar con las categorías inferiores del Brendfort FC, en la tercera división. No obstante, en su autobiografía, publicada en 2012, confesó que no contaba con el talento suficiente para ser profesional. Entonces, apareció la música, pero siguió jugando en ligas amateur con sus amigos.
Steve Harris
Bajista, tecladista, compositor y líder fundador de Iron Maiden. Un enamorado de los colores del West Ham United, con el que entrenó e intentó convertirse en profesional tras la invitación de Wally St Pier, un cazatalentos. Harris destacaba por su ímpetu y determinación para buscar la pelota, algo parecido a lo que sucede cuando toca el bajo. Sin embargo, el poder del rock fue más que el futbol y no hubo mucho más que pensar.
Elton John
Cantante, compositor y pianista, con más de 300 millones de copias vendidas en el mundo. Fanático del Watford inglés, con el que entrenó al lado de su amigo Rod Stewart en 1973. Siempre con lentes. Resignado por su poca destreza con la pelota, se propuso ser el dueño del equipo y lo consiguió en 1976, provocando un meteórico ascenso hasta la elite del futbol. Alguna vez, en una entrevista, Elton reconoció que su pasión por la pelota le salvó la vida: “El Watford fue una fuente de constante de felicidad, en años de adicción y depresión”.
Lars Ulrich
Baterista, compositor y fundador de Metallica. Llevaba en la sangre la pasión por el tenis, debido a su padre, Torben Ulrich, que fue extenista profesional y llegó a competir en torneos como Roland Garros y Wimbledon. En Dinamarca, el país donde nación, Lars dedicó gran parte de su adolescencia al dominio de las raquetas. Pero pudo más la música y el ritmo de la batería, para ser reconocido en todo el mundo.
Bruce Dickinson
Cantante, escritor, productor musical, historiador, piloto de aviación y la voz histórica de Iron Maiden. No tuvo una infancia especialmente feliz, pero, de gira en gira, como líder de su banda, se fue interesando por la esgrima. Tenía tanto talento que llegó a colocarse en el número 7 del ránking británico, siendo seleccionado para representar al Reino Unido en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, a donde no llegó por seguir de viaje con Iron Maiden. Aunque la música llevó el curso de su vida, nunca abandonó la disciplina.
AAH