El partido entre la Selección Mexicana y Guatemala, correspondiente a la segunda jornada de la Copa Oro, sufrió un retrato de una hora luego de que cayera una impresionante tormenta eléctrica, que puso en riesgo la integridad de los jugadores.
Autoridades de la Concacaf, en conjunto con la terna arbitral, determinaron que los equipos volvieran a los vestidores del Cotton Bowl, luego de la aparición de rayos en el cielo y una caída de agua importante sobre el terreno de juego.
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Los jugadores, que habían salido a realizar sus ejercicios de calentamiento, tuvieron que detener su actividad y esperar a que la tormenta pasara para volver al campo.
De la misma manera, como parte del protocolo de seguridad, los aficionados presentes en el inmueble de la ciudad de Dallas, Texas, fueron trasladados a los pasillos y zonas techadas, a fin de no exponerlos al diluvio.
La lluvia se mantuvo a lo largo de 20-30 minutos y obligó a que la logística y desarrollo del partido sufriera un repentino cambio en los tiempos. No obstante, después de la postergación, los equipos volvieron al trabajo.
“Si hay tormenta eléctrica, busca refugio”, se leyó en las pantallas del estadio.
Los jugadores de la Selección Mexicana esperan que las condiciones de la cancha no les afecte más, luego de que en el primer partido reportaron varias lesiones. Entre ellas, la baja de Hirving 'Chucky' Lozano.
AJ