Gracias al fácil acceso en redes sociales, millones de mexicanos se han enterado sobre las consecuencias de no cumplir con sus obligaciones en el SAT. No obstante, también han surgido muchas dudas sobre ello y varios contribuyentes se preguntan qué sucede si algún familiar muere y tenía multas o deudas pendientes, aquí te decimos todo.
Perder a un ser querido es uno de los procesos más difíciles para cualquier ser humano, no obstante, aunque suene complicado es necesario que también estemos al pendiente de todo lo que esa persona dejó en vida, así sean cosas buenas o incluso deudas en dependencias gubernamentales.
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Lo anterior debido a que se tiene la creencia que no solo el dinero se hereda, sino que las multas y obligaciones fiscales también, por lo que algunos ciudadanos agregan esta preocupación a la pena de perder a alguien muy cercano, situación que se puede evitar estando al corriente en las actividades dentro del organismo.
¿Qué pasa con el SAT si muere mi familiar con deudas?
Existen diversas versiones sobre los procesos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), incluso se dice que al momento del fallecimiento todo queda saldado y el nombre de la persona queda limpio, sin embargo, podría no ser del todo cierto, te contamos qué sucede entonces.
De acuerdo con los estatutos oficiales de la dependencia gubernamental, con todo y que se reporte la muerte de un familiar, las deudas y multas con el SAT siguen en pie. Por lo que procederán a realizar el cobro pertinente por medio de dinero en efectivo, bienes o cuentas bancarias del moroso, hasta tienen la facultad de embargar o vender las posesiones de esta persona para recobrar el monto total.
Es por esta razón que el Servicio insiste en tener en regla sus obligaciones fiscales, pues con ello pueden evitarle muchos problemas a sus familiares. Asimismo, es necesario que las personas más cercanas al ciudadano sepan qué tipo de deudas o multas tenía, principalmente cuáles son las causas de éstas.
En ese sentido, el SAT y la Secretaría de Hacienda otorgan 45 días para que la deuda sea saldada o, de lo contrario, cuentan con la autoridad suficiente para realizar las acciones ya mencionadas sin que nadie pueda evitarlo. Del mismo modo, los familiares pueden iniciar un recurso de revocación o un juicio de nulidad con el objetivo de que queden exentos del pago, pero no siempre se obtienen resultados positivos.