Definitivo: más allá de las glorias, las anécdotas, las peleas y los grandes enfrentamientos, la rivalidad entre América y Chivas no sería la misma si no fuera por El Loco Valdés y Sergio Corona, quienes desde la campaña 1983-84 le dieron ese sabor especial al Clásico Nacional con sus divertidas apuestas, de las que aquí te traemos las mejores.
En un video subido a YouTube de TUDN México y tras el fallecimiento de El Loco Valdés, Sergio Corona narra lo que significaba para ambos el Clásico Nacional entre Chivas y América y cómo poco a poco fue aumentando su amistad, hasta convertirse en una hermandad inolvidable.
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“Ya no sé ni a quién irle, porque algunos que me gustan pierden. Pero hay otro que me ha dado muchas satisfacciones y no me acuerdo ni cómo se llama”, aseguró Sergio Corona poniéndose la playera de las Chivas antes del Clásico Nacional, para luego rememorar a su gran amigo El Loco Valdés: “Como en cinco películas trabajamos y fue creciendo nuestra relación. Me hablaron como si fuera mi hermano (cuando falleció). Era muy ingenioso y decía tonterías que resultaban muy chistosas y con sus personajes empezó a hacer sus locuras. Hablé con él dos semanas antes de que muriera. Casi no lo escuchaba, muy débil, muy débil, pero no recuerdo el dolor. El dolor tengo que olvidarlo. Tengo que recordar el gusto y la fortuna de haber sido amigos”.
Las mejores apuestas del Loco Valdés y Sergio Corona en el Clásico Nacional
Las apuestas iniciaron en la final de la campaña 1983-84, cuando se les ocurrió que quien perdiera iba a recibir un cubetazo de agua por cada gol que metieran los equipos. Así nacieron las apuestas. Incluso, hubo una que perdió El Loco Valdés en la que tenía que hacer un striptease y aunque Sergio Corona creyó que se iba a quedar en short, empezó a desvestirse hasta quedar en tanga, “mostrando sus miserias”.
Tras el fallecimiento de su eterno amigo, Sergio ahora solo espera del Clásico Nacional que “sea un buen espectáculo. Quizá si me burlo sería de broma, pero no porque sienta coraje. No. Un amigo que vive en Los Angeles me dijo que como ya no estaba Manuel, él quería seguir con las apuestas, pero yo creo que mejor eso lo dejamos para el recuerdo”.
Así y luego de más de 70 años de amistad, cuando los dos eran bailarines antes de entrar de lleno a la actuación, Sergio recuerda que en una ocasión su amigo se puso a pedir dinero a los automovilistas que circulaban sobre Paseo de la Reforma, otra le tocó a él acostarse en un féretro y que los invitados llevaran veladoras y la última que se quedó sin pagar, pues fue el día que murió Juan Gabriel: “A Manuel lo quise mucho, lo extraño mucho y lo voy a recordar con un cariño de ser pareja muchas veces, de haber convivido con él”, concluyó.
EG