¡Deja de engañarte y de tomarle el pelo a tus papás!.. Peso Pluma, Bad Bunny o Maluma definitivamente no son la mejor música para concentrarse, sino la que un estudio de la Universidad de Harvard consideró como la que más influencia tiene en tu cerebro para enfocarte en tus tareas creativas, trabajo, estudios o en tu vida diaria. Aquí te decimos cuál es.
Para tu cerebro la capacidad de enfoque es básica para cualquiera de tus actividades, por lo que si andas en busca de la herramienta o técnica ideal para concentrarte aquí te decimos cuál es la música para concentrase ideal para ti, según recientes análisis desarrollados por la Universidad de Harvard para descifrar de una vez por todas cuál de todos los géneros podría favorecernos más a la hora de estudiar o trabajar.
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No existe la música o canción ideal para concentrarse para todos
Si bien muchos creen que la clásica de autores como Mozart es la música para concentrarse ideal, nada más falso pues según el siquiatra e investigador del cerebro de la Universidad de Harvard, Srini Pillay, no existe un solo tipo de género que sirva para enfocarse y menos para todos.
Ante ello, consideró que la que nos es familiar o las canciones que más disfrutamos y conocemos es la mejor música para concentrarse, pues cada quien puede cantar y sentir el ritmo de una canción que ha escuchado antes y que tiene el placer de anticipar, aliviando así el estrés y conectándonos con las emociones que necesitamos para estar presentes.
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La mejor música para concentrarse, según la Universidad de Harvard
Según el estudio de la Universidad de Harvard, el tipo de música que más influye en la concentración es la música suave-rápida de canciones como ‘I’m Yours’, de Jason Mraz o ‘Love on Top’, de Beyoncé, mientras que la fuerte-rápida, suave-lenta y fuerte-lenta complicar el aprendizaje.
Otra alternativa para enfocarse es la música instrumental o simples melodías, que evitan las distracciones lingüísticas en géneros como el jazz instrumental, la música instrumental contemporánea o el neoclásico, que pueden ser menos disruptivos que las canciones. Lo que sí es un hecho es que, definitivamente, la música de fondo aumenta más la concentración que el silencio.
EG