¡Abusados!.. Lo que muchos creen que es simplemente una manía al no poder permanecer quietos durante mucho tiempo, lo cierto es que mover incesantemente los pies, además de significar problemas emocionales y quizá hasta sicológicos, puede ser síntoma del que se conoce como síndrome de las piernas inquietas que aquí te decimos qué es y cuál es su tratamiento.
El síndrome de las piernas inquietas es una enfermedad neurológica que se caracteriza por la necesidad de siempre estarse moviendo, sobre todo al estar en reposo y por las noches, especialmente cuando tu cuerpo intenta relajarse y que afecta a alrededor del 11 por ciento de la población, por lo que aquí te decimos cuál es su tratamiento.
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De causa incierta, el síndrome de las piernas inquietas
Si bien en los últimos 10 años se han hecho avances en la lucha contra el síndrome de las piernas inquietas, hasta ahora poco o casi nada se sabe de esta enfermedad que está relacionada con la dopamina al igual que en el párkinson y que si bien muchos asocian con dolor, más que eso es una sensación rara.
Muchos la describen como quemazón, molestia o malestar que solo se puede aliviar si mueves las piernas bruscamente, pero que vuelve segundos después obligándote a mover las piernas otra vez y así sucesivamente, en muchos casos imposibilitándote a quedar dormido. Además, se ha asociado con niveles de hierro en diversas zonas del cerebro, no en la sangre, y que es de una alta carga hereditaria.
Este es el tratamiento del síndrome de las piernas inquietas
Aunque no existe un tratamiento específico, el síndrome de las piernas inquietas se puede tratar con medicamentos para el párkinson o la epilepsia, los cuales los pacientes requerirán cada vez en mayores dosis, lo que eleva la probabilidad de sufrir efectos secundarios e incluso un aumento de la gravedad de los síntomas.
Con el yoga es posible controlar los síntomas en algunos casos leves, lo que es esencial pues no solo afecta sicológica y emocionalmente al paciente, sino también compromete su vida social y laboral, condicionando su vida a una batalla diaria pues incluso sus síntomas son muy difíciles de explicar e interpretar correctamente, tanto así que muchos al final simplemente son diagnosticados con una depresión, insomnio e incluso una enfermedad traumatológica.
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