Cuando comenzamos a hacer ejercicio la pregunta que nos atormenta es cuánto tardaremos en lograr el cuerpo que deseamos y muchas veces nos desesperamos por no ver los resultados esperados. Pero aquí te decimos cómo optimizar el tiempo y alcanzar tus objetivos lo más pronto posible.
Cada organismo es diferente y, por lo mismo, se desarrolla de manera distinta, aunque con la ayuda de un entrenador es más fácil alcanzar tus metas pues hay una valoración previa y un diseño acorde a lo que quieres o necesitas.
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¿Cuánto tiempo necesitamos?
En entrenamiento de fuerza los resultados deben empezar a verse ligeramente a partir de las seis u ocho semanas, mientras en cardiorrespiratorio empezarán a verse a partir de las cuatro a seis semanas, por lo que no te debes desesperar pues la idea es no sólo que entrenes, sino que hagas un vínculo con tu entrenamiento, que seas consciente de tu cuerpo, que aprendas a escucharlo, a ver los cambios y a participar en algo más grande que una imagen creada.
A nivel general, hacen falta entre ocho y 10 semanas para que nuestro cuerpo y mente desarrollen hábitos nuevos, para lo que primero deberás decidir un objetivo, elegir una acción que puedas realizar diariamente (o con regularidad), planificar dónde (gimnasio o instalación deportiva) y que días de la semana y en qué horario para convertir el ejercicio en parte de tu rutina diaria y disfrutarlo.
En mes y medio se activarían y mejorarían en rendimiento sistemas o mecanismos de nuestro organismo que estaban adormecidos o que ni siquiera sabíamos que teníamos y veremos un increíble aumento y mejora en la capacidad pulmonar, la fuerza y el sistema circulatorio y muscular. También nuestra resistencia aumentaría y nuestro estado de ánimo se aplacaría y relajaría, a la vez que aumentaría nuestra positividad y energía.
¿Qué no debemos hacer?
Según la experta de Reto 48, Sara Álvarez, el método incrementa el nivel de fuerza, resistencia, potencia y condición física de cada persona, acelerando el metabolismo basal, logrando así una alta quema calórica, disminuyendo el nivel de grasa corporal y aumentando paralelamente la masa muscular. Todo con un entrenamiento funcional y sin olvidar el peso de la nutrición.
Pero eso sí: Hay que tratar no agobiarse con el tiempo o convertirlo en el eje en torno del que todo gira, pues eso nos generaría una obsesión que no es ni sana ni real, cuando si tenemos un plan de entrenamiento hecho a medida para nosotros, lo cumplimos y lo acompañamos con otros buenos hábitos como la alimentación o el descanso, no habrá tiempo que impida que veamos resultados.
EG