Entrenar para un Medio Maratón no es cosa de una semana o unos cuantos días. Se recomienda hacerlo al menos 4 o 5 meses antes de la competencia, ya que se debe adecuar el cuerpo a este desgaste de manera paulatina y se deben trabajar temas como la resistencia, velocidad, fuerza, entre otros. La condición física, malos hábitos y desconocer el cómo preparar una maratón puede derivar en lesiones, temporales y permanentes e irreversibles. Esto es lo que pasa si lo corres sin entrenar bien.
El cuerpo humano es diferente en cada persona. Hay quienes son más propensos a sufrir lesiones en función de su talla, peso, edad, morfología y condición física. Sin embargo, esto no quiere decir que no puedan correr —en muchos casos, a partir de una serie de exámenes médicos para determinarlo—, pero se debe trabajar de forma específica en cada caso.
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¿Qué pasa si corro el Medio Maratón sin entrenar bien?
Si no entrenas puedes ir directamente al hospital y no a la meta, en el mejor de los casos, ya que hay otros que no viven para contarla por una mala preparación o negligencia de su parte. Esto te puede pasar si no entrenaste para el Medio Maratón.
Torceduras: ya que no tienes fortalecidas tus articulaciones.
Dolor de rodillas: el entrenamiento las fortalece, las prepara para la distancia, el desgaste y el movimiento, además del impacto.
Fascitis plantar: el cuepo no está acostumbrado a este tipo de pruebas, por lo que los tendones del pie pueden sufrir daños severos e irreversibles por el golpeteo e impacto durante los 21 kilómetros de la prueba.
Problemas respiratorios: el entrenamiento te ayuda a medir tus procesos de respiración, tu sistema se fortalece con ello. De lo contrario puedes colapsar.
Problema cardiacos: hay personas que han fallecido por no entrenar para una carrera de este tipo de desgaste. El corazón, al no estar listo para ello, puede sufrir una alteración en el ritmo cardiaco y sufrir un ataque repentino y de muerte súbita.
Desvanecimientos: el calor, el desgaste, cansancio, humedad... muchos factores puede intervenir a la hora de correr, por lo que el cuerpo pedirá tregua ante todo ello y cederá de mala manera.
Desconfianza: tal ves el menor de todos los males, pero el hábito de competir contra ti mismo genera confianza. Al fracasar te afectarás en el autoestima o generarás la trampa y los atajos como opciones para superarte, lo cual es negativo.