La corpulencia y estado físico cambia para los atletas dependiendo del deporte que practiquen. No es la misma constitución anatómica que tendrá un gimnasta, un futbolista o un jugador de rugby, pues sus disciplinas, aunque pueden ser de alto rendimiento, exigen otro tipo de características para satisfacer las necesidades al momento de efectuar la actividad.
Es el caso de los jugadores de futbol americano. Dependiendo de la posición, algunos muestran esa habilidad, otros son más veloces y otros más fuertes y corpulentos. El físico de estos últimos pueden sorprender por ser atletas que cuentan con un peso abundante, pero que les funciona para ganar partidos.
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Aquí algunos de los jugadores más pesados de la NFL.
Damon Harrison
Pesa 350 libras (158 kilos). Después de jugar durante cuatro temporadas con los Jets de Nueva York, fichó con los Gigantes por cinco temporadas a cambio de 46.5 millones de dólares. Un peso completo que con su talento se come La Gran Manzana.
Sam Adams
El tackle retirado en 2007 estableció el standard: los hombres grandes van en el centro de la línea defensiva. Llegó a registrar 350 libras de peso (158 kilos). Fue pieza importante de los Halcones Marinos de Seattle, Cuervos de Baltimore, Oakland Raiders, Bills de Buffalo, Bengalíes de Cincinnati y los Jets de Nueva York.
John Jenkins
El tackle defensivo ex de los Santos de Nueva Orleans ahora juega con los Chicago Bears. Su tonelaje es de 359 libras (162.8 kilos), que sirven para derribar rivales a su paso. Amante de los macarrones con queso horneados.
Bryant McKinnie
Fue tackle de los Vikingos de Minnesota, los Cuervos de Baltimore y Delfines de Miami. Fue en 2013 que anunció su retiro, pero duró una década destrozando rivales cargando sus 350 libras (160 kilos). Un enorme jugador en toda la extensión de la palabra.
Michael Jasper
Llegó a pesar 448 (203 kg) libras en algún momento, pero pudo bajar hasta las 375 (170 kg) libras que registró en la NFL, vistió los jerseys de los Bills de Buffalo, Titanes de Tennessee, Halcones de la Noche de Omaha, Gigantes de Nueva York y Panteras de Carolina.
Gilbert Brown
Pesaba 340 libras cuando era profesional (154 kilos). Su corpulencia lo llevó a ser temido y su calidad le abrió camino en la NFL, donde brilló con los Empacadores de Green Bay. Su tamaño y peso convirtieron su nombre en parte de la cadena de comida rápida McDonalds, que bautizó con su apodo a una hamburguesa: “The Gravediger”.
William Perry
Mejor conocido como “El Refrigerador”. Jugó con los Osos de Chicago a mediados de los 80, tiempo en el que llegó a registrar en la báscula la pesada cantidad de 380 libras (172 kg). Todavía mantiene el registro de ser el jugador más pesado en marcar un touchdown durante un Super Bowl, cuando lo hizo contra los Patriotas de Nueva Inglaterra en 1986.
Nate Newton
Fue el encargado de proteger a Troy Aikman durante la exitosa etapa que comandó con los Vaqueros de Dallas. El guardia llegó a rebasar las 400 libras (181 kilos), que le ayudaron a ser impenetrable y temido.
Vince Wilfork
Fundamental con los Patriotas de Nueva Inglaterra y su mandato en la NFL. Este “grandulón” tackle pesaba 323 libras (147 kilos) cuando jugaba. Ganó 10 de 11 títulos de división con los Pats, además de cuatro campeonatos de la AFC y llegó a cuatro Super Bowls (XXXIX, XLII, XLVI y XLIX), de los cuales sólo perdió el de 2008. Se retiró en 2017 con los Texanos de Houston.
Aaron Gibson
Una verdadera muralla. Pesó más de 410 libras como profesional (185 kilos). El veterano guardia pasó por los Leones de Detroit, los Vaqueros de Dallas y Osos de Chicago. Se retiró con sólo seis temporadas jugadas.
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