Tener un trasero de envidia no es fácil, pero sí el sueño de muchas personas que se matan en el gimnasio sin lograr su objetivo. Por ello, aquí te traemos el secreto para que tus esfuerzos no sean en vano y finalmente puedas tener ese cuerpo con nalgas firmes y duras que siempre has deseado.
Sin duda, lograr el objetivo no es ni será jamás algo sencillo, pues esta zona es la que acumula grasas más rápidamente y el objetivo ideal de la flacidez y la temible celulitis. Pero para ello existe una rutina infalible que te ayudará a cumplir tus objetivos, sin depender de dietas que si bien te hacen bajar de peso y volumen, no te garantizan tener el culo perfecto.
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No. Con sólo 10 minutos de ejercicio al día, ahora podrás tener glúteos más firmes y elevados que te harán lucir increíble, con la figura soñada y sin matarte en el gimnasio, pues la rutina ideal se compone de las únicas, maravillosas y casi mágicas sentadillas.
¿Cómo hacer las sentadillas?
Así como lo leíste: Si quieres acabar con tu trasero flácido y sin forma, lleno de celulitis y plano, esta rutina te garantiza tener unas nalgas increíbles en unos 15 días o máximo un mes, dependiendo de la constancia que tengas al hacerla.
Para muchos expertos se trata del ejercicio ideal para este objetivo, pues se trata del mejor truco y que no te llevará mucho tiempo, pues sólo debes apartar 10 minutos de tu día para realizar las sentadillas más sencillas, para comenzar.
De inicio no recurras a aparatos o pesos adicionales para hacer tu rutina, pues lo esencial de arranque debe ser tu postura para evitar lesiones y dolores innecesarios.
Si al paso de una semana ya vez una mejora en tu trasero, entonces sí piensa ya en hacer ejercicios más completos y con elementos adicionales como aparatos y pesas para eficientar tus ejercicios.
¿Cuál es la postura ideal para las sentadillas?
Pero antes, no: Primero, enfócate en hacer tu rutina correctamente, con peso propio. Párate con las piernas separadas y tus pies en línea con tus hombros, con la espalda siempre recta, son arquear.
Una vez con la posición correcta, flexiona las rodillas y baja poco a poco tu cuerpo, como si fueras a sentarte, para entonces permanecer abajo durante algunos segundos y finalmente subir.
La idea es que no le exijas mucho a tus lumbares y puedas lastimarte en el intento, sino que poco a poco estas vayan adquiriendo la flexibilidad necesaria para que puedas hacer el ejercicio sin problema.
Con este sencillo secreto poco a poco irás obteniendo las nalgas que quieres, bien formadas, duras y firmes, que te harán lucir un cuerpo de envidia con el que te podrás sentir realizada o realizado.
EG