Al momento de hacer ejercicio es probable que muchas personas sietan ganas de correr al baño a vomitar, o simplemente les gana esa sensación y terminan por volver el estómago cuando están en pleno entrenamiento. Además de la pena, se queda una sensación rara en la boca y todo el tracto digestivo, pero ¿por qué sucede esto? ¿Qué pasas si me dan ganas de vomitar al hacer ejercicio? Aquí te damos pormenores.
Hay varias razones por las cuales se genera esa sesión de querer vomitar en medio de una sensación de ejercicio, que pueden ir desde factores externos, como un mal olor, sabor, una imagen desagradable o un ataque de tos, hasta cuestiones internas que tienen que ver con los movimientos involuntarios del estómago, los cuales realiza motivado precisamente por el ejercicio.
Es por eso que caminar es buen aliado de la digestión, debido a que promueve ese movimiento interno en estómago e intestinos. Lo mismo pasa a la hora de quemas grasa, pues internamente se activa el sistema para comenzar con el desdoblamiento de grasas, en un proceso que continúa por más tiempo y que genera además la aceleración del metabolismo.
4 razones por las que dan ganas de vomitar al hacer ejercicio
Anota estos puntos para que puedas observar algún mal hábito que realices, o alguna señal de alarma a tomar en consideración para modificarlo y tener una sesión de entrenamiento más satisfactoria.
Mala alimentación
Es poco común, pero puede suceder que la falta de nutrientes provoque mareos, los cuales pueden derivar en náuseas y vómitos. Esto se debe a que nuestros niveles tanto de glucosa sanguínea como de glucógeno hepático están por debajo de lo normal, ya que o bien no hemos tomado una comida con suficientes carbohidratos, o bien ha pasado demasiado tiempo desde nuestra última comida (entre 3 y 6 horas). Para evitarlo, come algo muy ligero antes de entrenar, con azúcares y carbohidratos, y mantente bien hidratado.
Exceso de ácido láctico
Se trata de un compuesto que se produce en nuestro organismo mediante un procedimiento conocido como Proceso Energético Lactacidemico. Generalmente, entre el 1% y el 2% de esta sustancia es eliminada a través de la orina y el resto se transforma en glucógeno, que genera energía para el ejercicio. Pero cuando hacemos ejercicio intenso, el proceso se dispara y produce más sustancia de la que el organismo puede eliminar y/o utilizar. Cuando se da este exceso de nivel de ácido láctico en sangre, el cuerpo provoca fatiga y malestar que puede traer como consecuencia los vómitos.
Hacer ejercicio después de comer
Así como sucede a la hora de dejar pasar mucho tiempo sin comer, lo mismo sucede cuando se come y de inmediato se hace un esfuerzo físico importante. Cuando esto pasa se provoca que el organismo utilice las sustancias energéticas como la glucosa para el entrenamiento, interrumpiendo el proceso de digestión. Por lo tanto, al no estar realizando una correcta digestión de los alimentos, el organismo puede provocar vómitos para expulsarlos. Se recomienda dejar pasar de una hora y media a dos entre la última comida y el ejercicio.
Otras razones
- Nervios: El estres, presión o nerviosismo también puede provocar que las hormonas del estrés se liberen de manera brusca lo cual altera nuestro estómago produciendo finalmente el vómito.
- Mareos: Los movimientos bruscos pueden generar una sensibilidad mayor en el oído interno, lo que provoca que el cuerpo manifiesta malestares estomacales y de desorientación, por lo que se sienten nauseas.
- Comidas poco adecuadas: Hay alimentos que pueden caer mal. Evita las bebidas con alcohol y cafeína y los alimentos con un alto contenido en grasas, edulcorantes artificiales y fructosa.