Traer una nueva vida es una gran responsabilidad, un reto para las mujeres de hoy, que día con día buscan más y mejores alternativas no sólo para llevar de la mejor manera su embarazo, sino también para tener un parto sin problemas y con los menores riesgos posibles.
Por ello, aquí te traemos cinco ejercicios que te ayudarán a hacer frente a la tarea de tener un hijo sano y que nazca sin problemas.
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1.- El primer ejercicio es caminar a paso ligero, con el que obtendrás una preparación cardiovascular de bajo impacto en rodillas y tobillos y que puedes realizar casi en cualquier lugar y momento.
A medida que tu bebé crece tu centro de gravedad cambia, por lo que debes caminar en superficies lisas, con gran cuidado en los baches, piedras o cualquier otro obstáculo que se te pueda presentar. Acuérdate de usar siempre también el calzado indicado.
2.- Nadar es un gran ejercicio cardiovascular, ya que te expone a poco riesgo de lesiones o a caer sobre tu abdomen. El agua te da un amplio rango de movimiento sin ejercer presión sobre tus articulaciones, por lo que podrás caminar, nadar, hacer aeróbicos e incluso bailar sin problema alguno.
Eso sí, cuando nades trata siempre de elegir un braceo que te haga sentir cómoda y que no te tense o lastime tu cuello, hombros o músculos de la espalda. Nadar de pecho es ideal, pues no implica la rotación del torso o vientre.
3.- La bicicleta estática es segura y te ayuda a mejorar tu ritmo cardiaco con muy bajo impacto. Conforme crezca tu bebé, puedes ajustar la altura del manubrio para que estés más cómoda y puedas ayudar a soportar mejor tu peso.
4.- El yoga prenatal mantiene tus articulaciones flexibles y fortalece a la vez tu sistema muscular, además de estimular la circulación sanguínea y ayudar a relajarte. Además, puedes aprender técnicas para ayudar a mantener la calma y el control durante la labor de parto.
No hagas posturas que desafíen el equilibrio ni que requieran que te acuestes boca arriba, pues el útero a partir del segundo trimestre se vuelve más pesado y podrías poner demasiada presión sobre las venas y disminuir el flujo sanguíneo.
Ten mucho cuidado en no estirar de más, pues al producir más relaxina aumenta la flexibilidad y la movilidad de tus articulaciones, por lo que debes conocer tus límites.
5.- Haz ejercicios aeróbicos de bajo impacto, que fortalecen tu corazón y los pulmones y ayudan a mantener tu tono muscular. El bajo impacto implica no dar saltos ni patadas altas, saltar, correr rápido ni someter tus articulaciones a gran esfuerzo. Al contrario, siempre ten un pie en el suelo, pues con eso limitarás la cantidad de estrés en tus articulaciones, además de que mantienes mejor el equilibrio y proteges tu suelo pélvico.
Oriéntate con un instructor que te tenga siempre bajo supervisión y modifique tu rutina conforme avance tu embarazo. Si puedes, únete a una clase para embarazadas, para que disfrutes la compañía de más mujeres como tú y entre todas se motiven.
EG