Hacer ejercicios, recurrir a dietas y hacer hasta lo imposible muchas veces y por raro que parezca no es suficiente ni para quemar grasa ni bajar peso, pero todo puede ser por razones obvias y por las que aquí te diremos qué hacer para que no hagas más corajes ni berrinches.
Si luego de dos o tres semanas de hacer mucho ejercicio no ves evolución en tu cuerpo, quizá te cuestiones si la rutina y dieta que estás haciendo sean las correctas o quizá te hayas equivocado.
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Pero no todo depende de eso ni de las ganas que le pongas a la actividad deportiva, pues hay otros factores que intervienen en la quema de grasa y pérdida de peso que seguramente te están afectando y no te has dado cuenta.
De hecho y sin ir más lejos, son dos las razones principales por las que muchas personas y no solo tú no logran sus objetivos, a pesar de haber empezado un estricto régimen de ejercicios y a seguir una dieta bastante saludable.
Si sigues subiendo de peso, aquí te decimos qué hacer
El almacenamiento de glucógeno y el aumento en la expresión de transportadores específicos de glucosa o GLUT4 es una de las razones por las que quizá no logras tus metas, pues ya seas principiante o lleves mucho tiempo entrenando tus proteínas transportadoras de glucosa, GLUT4 (glucose transporter type 4) pueden estarse incrementando como adaptación al estímulo producido por la contracción muscular que se da durante el entrenamiento.
La mayor recepción de glucosa por el tejido muscular o en el hígado puede aumentar su cantidad por encima de los niveles habituales y suponer una subida de peso, ya que una persona de unos 70 kilos puede almacenar unos 400 o 500 gramos de glucógeno, que arrastra consigo de dos a tres gramos de agua por cada gramo y puede incrementar tu peso entre medio kilo y kilo y medio.
Hay muchas personas que comienzan a entrenar por un lado y a cuidar su alimentación por el otro, sin tener en cuenta las calorías que están ingiriendo ni que el proceso debe ser progresivo, pues para perder grasa y peso es necesario un déficit calórico en la dieta; o sea, comer menos de lo que se gasta o gastar más de lo que se come.
No se trata de estar pegado o pegada a una app contando calorías, pero sí de tener una estimación del volumen de comida que consumes para aumentar tu gasto calórico o disminuir tu ingesta (o ambas) si no bajas de peso.
La otra razón son las dietas para adelgazar, que más que eso pueden hacerte engordar si no tienes idea de cuánto comes, ya que ingerir lo que entendemos por sano podría dar lugar a debate y no es sinónimo o garantía de estar comiendo con un déficit calórico.
EG