Acelerar el metabolismo para bajar peso es algo que muy comúnmente escuchamos en los gimnasios o a la hora de hacer ejercicio, pero si no se hace adecuadamente, más que obtener los resultados deseados podría ponerte en riesgo. Por ello te decimos cómo hacerlo.
El organismo funciona con la energía que se obtiene de transformar la comida mediante reacciones químicas en las células y los tejidos y que se genera y gasta aun en reposo, pues el cuerpo vive en un constante ajuste entre la producción y administración de la misma.
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Este balance es precisamente lo que realiza el metabolismo: organizar las calorías de tu cuerpo bajo tres trabajos principales: Convertir los alimentos en energía, descomponer los alimentos en sus componentes básicos (proteínas, lípidos, ácidos nucleicos y algunos carbohidratos) y eliminar los desechos.
Pero no en todos ni siempre trabaja a la misma velocidad, pues puede hacerlo rápido o lento dependiendo de cada persona, la composición corporal, el género, la edad, el ejercicio, la alimentación, la genética o las hormonas.
Así aceleras el metabolismo para bajar de peso
Bajar peso aumentando el metabolismo se puede realizar con entrenamiento de fuerza, pues la ausencia de músculos puede originar un metabolismo lento y acumular grasa en el cuerpo. Los músculos tienen la posibilidad de convertirse en quemadores naturales de calorías, logrando una efectividad aproximadamente tres veces más alta que la grasa.
También puedes aumentar tu metabolismo y bajar peso si te mantienes activo al caminar, subir escaleras, cocinar y comer, acciones que logran un incremento del gasto calórico total.
La alimentación adecuada a tus necesidades es básica, pues aumenta la energía que el cuerpo requiere, por lo que es recomendable entender cuáles son las mejores opciones para mantenerla y lograr la quema adecuada de calorías a lo largo del día.
Los carbohidratos complejos (no refinados como los azúcares), las grasas saludables y las proteínas tanto de origen animal como vegetal tardan más en ser digeridos, lo que provoca un flujo lento y constante de energía y se traduce en un índice glucémico bajo que resulta positivo para nuestro cuerpo y una mayor sensación de saciedad.
EG