Para cualquier experto siempre habrá un experto y medio y si no lo crees y te consideras ya un todopoderoso del yoga, aquí te traemos las 7 posturas más exigentes que solo los auténticos maestros pueden realizar, para que te pongas a prueba y midas así tu real potencial.
Con estas 7 posturas no solo te invitamos a superar tus límites sino también alcanzar cada vez más y mejores alturas de bienestar, por lo que por muy experto que seas en la práctica del yoga te recomendamos ir paso a paso, no esforzarte de más, escuchar siempre a tu cuerpo y disfrutar del viaje hacia nuevos niveles de meditación, relajación y salud física y mental.
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Si ya estás cansado de las asanas básicas, rétate con estas nuevas
Antes de lanzarte a hacer cualquiera de estas posturas, crecer en la práctica del yoga, descubrir tu potencial real y sentirte como todo un rey o reina de la flexibilidad y el equilibrio, es indispensable que entiendas que se tratan de asanas que sin duda significarán todo un reto físico que solo un experto puede hacer. Chécalas:
- PAVO REAL: En cuclillas con las rodillas cerca del pecho, pon tus manos en el suelo con los dedos apuntando hacia los pies, los cuales deberás levantar del suelo y estirar las piernas mientras mantienes el equilibrio en las manos.
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OCHO ÁNGULOS: En cuclillas y con los pies separados al ancho de las caderas, pon tus manos en el piso justo frente a tus pies, eleva el pie derecho del suelo y ponlo sobre el brazo del mismo lado hasta la altura del hombro. Lleva tu cuerpo al frente y sube tus pies del suelo, endereza las piernas tanto como puedas y flexiona los codos y baja el cuerpo hacia el piso, manteniendo las piernas en alto de 10 a 20 segundos para volver a la posición inicial.
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EL ESCORPIÓN: Desde la postura del delfín, sube ambas piernas en alto sosteniéndote con los antebrazos, dobla las piernas y lleva las plantas a tu cabeza. Aguanta unos segundos y con cuidado vuelve a la posición de inicio.
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RUEDA COMPLETA: Arquea tu cuerpo hacia atrás en forma de rueda completa, abriendo el pecho y estirando los músculos de todo el esqueleto. Esta asana no sólo desafía tu fuerza, sino también te conecta con una sensación de euforia y liberación.
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LA LUCIÉRNAGA: Equilíbrate en tus manos mientras tus piernas se entrelazan por debajo de tus brazos. Combina fuerza en los bíceps, flexibilidad en las piernas y una gran dosis de determinación.
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EL CUERVO: Apoya tus rodillas en tus tríceps y comienza a levantar tus pies del suelo, manteniendo tu balance con gracia.
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GRAN ÁNGULO: Abre las piernas en compás y lentamente baja tu tronco hasta que tu cabeza toque el suelo. Lleva tus manos alrededor de tus tobillos o detrás de la nuca para estirar los músculos de las piernas, espalda y hombros mientras experimentas una sensación de calma.
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