El ejercicio constante es una de las claves para reducir el riesgo de padecer enfermedades a corto, mediano o largo plazo, sin embargo, debemos tener en cuenta hasta el mínimo detalle para evitar contratiempos y por esa razón hoy te diremos qué pasa si entrenas en la noche y no cenas.
Lo primero que debemos mencionar es que en México apenas el 39.6% de la población de 18 años o más se consideraba físicamente activa, además, las principales razones por las que no se hacía ejercicio era por falta de tiempo o cansancio por el trabajo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
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En ese sentido, muchas personas encuentran oportuno hacer ejercicio en la noche porque es el espacio que sobra al final de la rutina, sin embargo, tenemos que ser muy cuidadosos con lo que hacemos antes o después de eso porque hasta podría resultar contraproducente.
Asimismo, hay que enfatizar en que la alimentación sí juega un papel clave en la búsqueda de los objetivos de la gente, aunque es necesario acercarse con un experto que elabore un plan en función de nuestras necesidades y se tiene que seguir al pie de la letra.
Foto: Pixabay
¿Es bueno hacer ejercicio en la noche?
Ahora bien, en este punto es importante decir que los cuerpos reaccionan de forma distinta a las situaciones a las que se le exponga, sin embargo, es posible brindar algunas recomendaciones generales.
Primero, el ejercicio nocturno puede propiciar a que no se concilie el sueño de buena forma porque recién hemos liberado adrenalina que podría impedirlo y para que ese efecto se vaya, habrá que sperar al menos una hora, por ende, la recomendación es intentar completar el entrenamiento en otro espacio del día.
Si las obligaciones simplemente no lo permiten, entonces será necesario dejar un espacio de dos o tres horas para así darle al organismo el tiempo que necesita para que podamos ir a la cama sin ningún inconveniente.
Cabe destacar que tampoco se aconseja tener una cena pesada en la noche porque nos sentará mal y afectaremos el proceso de digestión, por lo que, si no hay de otra, se recomienda completar una cena ligera: ensalada, pescado a la plancha o verduras son las primeras opciones que brincan a la vista.
Finalmente, volvemos a recordar la importancia de acercarse con expertos que nos ayuden a definir una rutina de ejercicios y un plan de alimentación de acuerdo con nuestras necesidades y tiempo de disponibilidad.