Dos de las claves para mantener un estado óptimo de salud y reducir el riesgo de padecer enfermedades a corto, mediano o largo plazo son hacer ejercicio constantemente y alimentarse de forma adecuada, sin embargo, llegan a presentarse dudas sobre el mejor horario para completar una rutina, así que esta vez hablaremos sobre ello, según información de la Universidad de Loyola.
Lo primero que debemos mencionar es que, según un reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2021 sólo el 39.6% de la población mexicana mayor de 18 años se consideraba físicamente activa, un porcentaje muy bajo que obedece a razones como falta de tiempo o cansancio, es ahí en donde cobra relevancia esta información.
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A pesar de que muchas personas prefieren ejercitarse por las mañanas antes de iniciar su rutina, la Universidad de Loyola considera que eso no da mayores beneficios al metabolismo como sí lo hace entrenar por la tarde y es que un estudio muestra que hay gran tendencia de disminuir la glucosa en la sangre en ayunas, así como bajar los niveles de triglicéridos.
Precisamente la información sobre los triglicéridos fue la más relevante en este análisis publicado en la revista Sports Medicine, pues puede ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con las arterias coronarias, así como reducir la obesidad y la hipertensión.
¿Qué se debe comer antes y después de hacer ejercicio?
Ahora bien, como hemos mencionado, la alimentación jugará un papel esencial en la búsqueda de nuestro objetivos, por lo que se deben tener en cuenta varias cosas como la hidratación y las comidas antes o después del entrenamiento.
En ese sentido, en el sitio web oficial de Adidas es posible leer que un snack rico en proteínas antes de hacer ejercicio es suficiente para obtener energía si se trata de un entrenamiento de fuerza, aunque una comida contundente tendrá que hacerse entre dos y tres horas antes del entrenamiento.
Para después de entrenar hay que consumir proteína que ayudará a la reparación de los músculos, eso sí, sin excedernos porque podemos comenzar a almacenar grasa; aquí entra la pechuga de pollo, el pescado o hasta yogur griego.
Finalmente, recordamos que estos son consejos generales que pueden variar en función del tipo de entrenamiento y las necesidades de cada persona, de ahí la relevancia de acercarse con un experto en la materia que elabore una dieta para nosotros.
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